Aprovechando la Energía Solar: Una Guía Detallada para Secar Frutas, Verduras y Hierbas usando un Secador Solar

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Un secador solar es un aparato que utiliza la energía del sol para secar los alimentos. Utiliza la energía térmica solar para calentar el aire, que luego se mueve a través de una cámara especialmente diseñada y seca los alimentos. A continuación se ofrece una explicación general del funcionamiento de los secadores solares y de cómo pueden utilizarse para secar distintos tipos de verduras, frutas y hierbas:

Principio básico de funcionamiento:

Absorción de la energía solar: Los secadores solares capturan y absorben la energía del sol en un "colector solar". El colector solar es una superficie de color oscuro que atrae y absorbe el calor del sol.

Calentamiento del aire: El calor absorbido calienta el aire del colector solar.

Circulación del aire: El aire caliente asciende y circula alrededor de los alimentos en las bandejas de secado. La humedad de los alimentos se evapora en este aire circulante, y el aire seco absorbe esta humedad.

Evaporación de la humedad: A medida que el aire seco absorbe la humedad de los alimentos, se vuelve húmedo y pesado, y se expulsa de la secadora, mientras se introduce aire nuevo y seco para sustituirlo. Este proceso continúa hasta que el alimento está seco.

Secado solar de verduras, frutas y hierbas:

Cuando se trata de secar tipos específicos de productos, el proceso sigue siendo el mismo, pero la preparación puede diferir.

Hortalizas: En el caso de verduras como Mchicha, Tembel, Chainiz, Mchunga, Mboga ya muhogo, tomates, cebollas, ajos, Bilngan y jengibre, primero hay que lavarlas bien y luego cortarlas en rodajas finas y uniformes. Esto favorece un secado uniforme. Una vez cortados, pueden extenderse en las bandejas del secadero.

Frutas: Las frutas como la calabaza, la pata, la piña, el plátano, la lima, la jaca, el shelisheli, la mandioca, el mango y la batata también deben lavarse, pelarse (si procede) y cortarse en rodajas finas y uniformes. Las frutas ácidas, como la piña y el mango, pueden tratarse previamente con ácido ascórbico para evitar que se oscurezcan durante el secado. Las frutas con alto contenido en azúcar pueden tener que escaldarse antes del secado para evitar que el azúcar cristalice en la superficie.

Hierbas aromáticas: Las hierbas como el romero, la salvia y la lavanda deben lavarse y deshojarse. Las hierbas pueden secarse enteras o picadas, pero recuerde que las hojas enteras conservarán su sabor durante más tiempo. Deben extenderse en una sola capa sobre la bandeja de secado.

Independientemente del tipo de producto, es fundamental controlar constantemente el proceso de secado, ya que un secado excesivo puede provocar la pérdida de sabor y nutrientes, mientras que un secado insuficiente puede dar lugar a la aparición de moho.

Por último, tras el secado, los productos deben envasarse en recipientes herméticos para evitar la absorción de humedad y almacenarse en un lugar fresco y oscuro para su máxima conservación.

Recuerde que el secado solar depende en gran medida de las condiciones meteorológicas, por lo que puede llevar un tiempo hacerse una idea de cuánto tardarán en secarse los distintos tipos de productos en su ubicación concreta. La paciencia es la clave.

Tenga en cuenta que también es esencial seguir las directrices de seguridad alimentaria al manipular y procesar los alimentos para evitar su contaminación.

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